A propósito del post de que son más buenas que el pan, se me ha ocurrido este post porque Kobu me tiene asombrada por lo obediente que es.
Ya de pequeñito cuando era la hora de dormir y él se ponía a jugar, yo le decía que era la hora de dormir y que dejara de jugar. Nunca sabré qué es lo que entendía pero paraba, comía unas pocas croquetas y se echaba a mi lado. Ahora también lo hace si le da por jugar cuando estamos durmiendo y yo le digo que pare.
Si está en la ventana mientras yo hago las habitaciones, en cuanto le mando que entre lo hace. Cuando sale a su excursión nocturna por la escalera, si le tengo que llamar viene prácticamente siempre.
Si le llamo para algo casi siempre viene diciendo brrrrruuu.
Yo no sé si es que cuando le riño por algo va mi perra corriendo a poner orden y como él le tiene tanto respeto a lo mejor funciona como educadora... No lo sé. Digo ésto porque para peinarle tengo que ponerle en la ventana . Si lo hago en cualquier otro sitio se me escapa pero si lo hago en el baño y la perra viene con nosotros no se le ocurre escapar.
¿Qué podéis contar de este tema?
A mi Sauron me obedece en casi todo, y digo en casi todo porque hay algo que no he conseguido, y al paso que va la burra nunca conseguiré, y es que deje de subirse al terrario.
Mi conclusión: obedecen en aquellas situaciones en las que hacer A o B les da lo mismo; A es lo que quieres tu que hagan y B es lo que están haciendo ellos en el momento que les dices que hagan A.
Pero como B sea más interesante que A, ya puedes sobornarles con algo, que si no....
Hablemos de ruina y espina, hablemos de polvo y herida, de mi miedo a las alturas, lo que quieras, pero hablemos, de todo menos del tiempo, que se escurre entre los dedos.
(Maldita Dulzura. Vetusta Morla)
Jajajaja:):):) jajaja
Hola, Charín. De las cosas que más me asombro y más he quedado satisfecha al elegir a Terry y a Mati es ¡lo obedientes que son¡ Además de guapos son muy sociables. Les gusta agradar, les gusta relacionarse con los humanos que vienen o con los animales del vecindario. Les he enseñado a subir, bajar de los sitios, sentarse, darme la patita, tumbarse... y lo hacen de muy buena gana. Siempre que llamo a alguno con un "vamos" viene a donde estoy yo. ¿Qué más se puede pedir?¿Buenos? Si ser bueno es ser tonto, mis chicos no son buenos. Tienen mucha personalidad, sus días mejores y peores, aunque trastadas fuertes no han hecho nunca. Llegamos a un acuerdo: ellos hacen lo que les da la gana mientras no rompan nada. Les he dado toda la confianza porque sé que me van a responder. Y por ahora, vamos muy bien.