Hace unas semanas tuve la suerte de ver una camada de gatitos con tan solo un día de vida. Estaban dentro de un enorme cajón situado debajo de la cama de Marcos, un niño que es hijo de una amiga de mis tias. Cuando llegué a casa de esta mujer, ella me miró con una sonrisa y me dijo:
- Vamos a la habitación de Marcos que tengo algo que te va a encantar.
Acertó. Me encantó lo que vi.
La cama de Marcos es una de esas camas que son bastante altas porque el hueco que queda entre el suelo y el somier, es aprovechado para poner dos grandes cajones.
Pues bien, esta mujer abrió uno de los cajones y allí habia 5 preciosos gatitos no más grandes que mi mano, muy bien acompañados por su mamá y sus tres tias. Nada menos que nueve gatos en un metro cuadrado. Eso sí, todas las hembritas muy bien tumbaditas para cuidar de los peques como si fueran 5 preciosos tesoros, que en realidad lo son.
Me pregunté porqué la mami había elegido ese lugar para hacer su nidito, pero más tarde, cuando Marcos volvió del cole y subió sigilosamente las escaleras a ver a los gatos sin molestarlos antes de quitarse la mochila, pensé que debía ser ese amor y ese respeto que respiraba el niño por los animales lo que había atraído a la gata.
La mamá era negrita con los ojazos verdes, como una de sus hermanas. Las otras dos eran tortugas, una de ellas casi entera blanca, pero jaspeadita en algunas zonas de negro o marrón, con los ojitos muy azules. Y la otra tortu era prácticamente color marrón oscuro con manchitas rubias, como el pelo con mechas extrañas que llevan a veces algunas señoras. Sus ojos, creo recordar que eran dorados.
Dos de los cachorritos eran negros, como su mamá, y los otros tres eran atigrados, preciosos, con un dibujo muy bonito y simétrico (como el de los "pelo corto americano").
Cuando llevábamos unos minutos contemplando la escena, la mujer esta cogió uno de los gatitos, me lo puso en las manos y me dijo, mira si son pequeñitos que todavía no se les ha caido el "tete". Efectivamente, allí estaba, pegado a su preciosa barriguita, un trocito del cordón umbilical.
En ese momento me quedé muda, mirando al gatito mientras pensaba en lo tonta que había sido por no haber pensado nunca en que el resto de los mamíferos también deben tener cordón umbilical al nacer. Realmente me sorprendió mucho ese detalle y pensé en lo divertido que sería que a los gatos adultos de les viera el ombligo como a las personas.
Y allí me quedé un ratito más achuchando a los gatitos y a las gatas grandes mientras hacía verdaderos esfuerzos por no echarme uno de los gatines atigraditos al bolso.
En fin, perdonadme el tocho, pero me apetecía contarlo y hoy tengo ganas de escribir. Espero que os guste.
Bona nit!
Sin gatos, la vida sería un error.
Aitana, tus tochos da gusto leerlos: siempre cosas interesantes y sin faltas de ortografía.Yo así disfruto mucho más. 😉
Con respecto a lo del cordón tienes razón, a los gatos no les queda marca visible del ombligo, y encima con tanto pelo ¡como para encontralo¡ Será que ellos se independizan antes; "cortan" su cordón umbilical mucho antes que los humanos y no quieren pasarse el resto de su vida con la "maleta" de sus orígenes.
También el tamaño de un gato y el tiempo de gestación es mucho menor que el de un humano,y el cordón mas fino,por lo tanto és normal que apenas le quede marca....esto me lo he sacado de la manga mangotera,jajajjajajajaja.
Muy bonita la historia y ese niño,maravilloso.
Engañame un poco al menos,dí que me quieres aún más;que durante todo este tiempo,lo has pasado fatal;que ninguno de esos idiotas, te supieron hacer reir,y que el único que te importa es este pobre infeliz......
Muchas gracias María y Nuria!
Si que es verdad lo del cordón... esto de haberse criado en una ciudad...
Y sí que es verdad, el nene es una amor!
Sin gatos, la vida sería un error.
Que historia mas bonita! no hay nada como ver a los pequeñines con su mami!!!!
yo tuve la suerte de estat presente en el parto de una gata que adoptamos de la calle, y fue precioso, no me di cuenta de lo del cordon, porque la mama gata no paraba de lamerlos y lamerlos y dejarlo todo limpisimo, es decir, tenian cordon, pero la mama creo que lo quitaba enseguida, voy a mirar si tengo por aqui alguna foto!
las historias de mamas y bebes gatunas me encantan porque me producen nostalgia llevandome a esa epoca!!
Preciosa la fotito Cristina, gracias por compartirla!
Sin gatos, la vida sería un error.
Son preciosos tan pequeñitos......¿Cómo pueden las personas hacerles daño o separarlos de sus mamis tan pequeñitos? Ups lo siento,es que llevo esa pena dentro de mi corazón y si la comparto me alivio un poco.....
Yo ayudaba a una protectora,criaba a esos gatitos de apenas unos días a biberón,para luego cuando alcanzaran los 2 meses,vacunarlos y darlos en adopción.Tan pequeños no se pueden quedar solitos,pero hubo una vez que ya los tenía grandecitos,con 1 mes,ya empezaban a comer solos,empezaron con vómitos y se murieron ante mi mirada impotente.No he podido volver a hacerlo,y mira que la de la protectora,María, me dijo que pasaba a menudo,que me hiciera fuerte,que si sacábamos adelante 10 de 20,eso era lo bueno,10 vidas salvadas.Pero no lo he vuelto a hacer,soy una cobarde........no quiero sufrir.
Siento distorsionar el post.....;(
Engañame un poco al menos,dí que me quieres aún más;que durante todo este tiempo,lo has pasado fatal;que ninguno de esos idiotas, te supieron hacer reir,y que el único que te importa es este pobre infeliz......
No te preocupes Nuria!
La verdad es que lo de las protectoras... en fin, son un mundo aparte.
Yo intenté hacerme voluntaria en la de mi ciudad, y me dijeron que por ser menor de 18 no podía tener contacto con los animales, así que me estoy haciendo la loca hasta cumplir los 18 porque no quiero que me enganchen para hacer papeleos. Pero estoy segura que el dia que empiece a involucrarme de verdad lo voy a pasar muy mal, se ve mucho sufrimiento trabajando con animales abandonados.
Además yo no puedo hacer acogidas temporales (vivo con mi familia). Aun así, me encantaría poder pasear los perros que estan en casas de acogida, de esta manera ayudo un poco también a las personas que los tienen en sus casas hasta que encuentren un hogar definitivo.
El caso, que siempre me busco aficiones para poder escapar un poco de los libros del instituto por las tardes. Aunque de momento, mi padre no me puede decir nada, porque saco buenas notas... Jijiji!!
Sin gatos, la vida sería un error.
Aitana, da gusto leerte por lo bien que escribes. Has hecho que haya vivido ese momento como si yo hubiera estado allí, y me encantó.
Cristina, me encantó la foto. Sirvió para ilustrar la historia.:D
Muchas gracias Charín!
Jo! La verdad que con lo que me gusta escribir, y con los piropos que me dedicais, debería hacerlo más a menudo...
Sin gatos, la vida sería un error.