Hola a todos...
Bueno, no sé dónde poner esto, pero... supongo que aquí tampoco molestará mucho.
Me apetecía poner un cuento o pequeño relato, por si alguien desea leerlo. No es gran cosa, pero, ahí queda.
Espero que os guste. Besos.
Sir Silente –como acostumbro a llamar a mi querido amigo mudo- dormitaba placenteramente sobre su sofá favorito. Muy cerca de él, tanto que podría rozar sus bigotes, plagiaba su inanimado quehacer mi gato Macoon, con la confiada placidez de quien no teme algún peligro inminente que perturbe su sueño, que emplace su frágil existir al ocaso de una vida acomodada y saturada de mimos y caprichos.
De pronto, algo semejante a un hormigueo en los bigotes, interrumpió su relajado ensueño de vuelos y saltos, y como si de un sentido extra se tratase depositó su azul mirada directamente sobre mí, sin mover un solo músculo.
–Buenos días –le saludé sin acercarme. No por temer nada extraño, amenaza o ataque, sólo que deseaba disfrutar del ritual de posturas de “yoga” tras la siesta.
En primer lugar olfateó el aire, con la oquedad de cada oreja en sentido opuesto, como si extendiese un radar sobre todo cuanto le rodeaba. Posteriormente procedió al elástico estiramiento del lomo que concluyó en el extremo final de la cola. Sonreí.
Volvió a fijar sus celestes bolas de mirar sobre mí y entonces me devolvió el saludo en forma de mueca muda. Mi cerebro entendió: “Miau” a pesar de que el felino no emitió sonido alguno.
–No puede ser... ¿tú también? Me temo, amigo mío, que pasas demasiado tiempo en compañía de Sir Silente.
Indiferente, Macoon sacudió la cabeza y lamiéndose las blandas almohadillas de sus patas se acicaló ojos, orejas y bigotes, antes de descubrir que en efecto ahí seguía yo, mirándole.
–Y, ¿bien? –insistí. Por fin se levantó de su mullido lecho y se acercó a mis pies. –Miau –alegó en esta ocasión mientras frotaba sus sedosos costados en mis piernas. Al menos pude escucharlo. Ya pensaba que enloquecía por momentos.
–¿Tú, qué piensas de la vida, gato? –pregunté al hermoso animal sin más preámbulo. Le miré. Su áspera lengua barría con esmero las partículas adheridas entre sus dedos. Me gustaba cuando hacía eso porque abría y separaba los cuatro dedos de sus garras de una manera muy graciosa. Luego mordía con los incisivos, a modo de roedor, el pequeño penacho que brotaba de entre ellos. Finalizado el proceso, prosiguió con la otra pata, con las traseras, de la misma manera su lengua se deslizó por toda la felina planicie de su lomo, costados, vientre...
–¿No escuchas, Macoon? ¿Qué opinas de la vida? –le insté acomodándome mejor en el asiento. Entonces, ronroneó con suavidad, su mirada chocó con la mía y, como si tal cosa, prosiguió su aseo a partir de donde lo había interrumpido. Estiró su pata derecha inferior por encima de la cabeza y comenzó un pulcro lavado genital.
–Ahmmm... ya. Déjalo, no sigas. Creo que, a menudo, todos llegamos a la misma conclusión. Sin embargo, podrías ser un poco más discreto y hacer eso en privado, ¿no te parece?
Ana.
Los Dioses quisieron dar cuerpo a la elasticidad silenciosa de la brisa nocturna, y unos ojos escrutadores que oteasen toda su magnificencia; quisieron crear un único sonido místico y de ese modo nació su enigmá¡tico ronrroneo. Una criatura mágica hecha forma. (Aruseko)
Escribes de maravilla, Ana. Me ha gustado mucho
Si te soy sincera, me a encantado!!
Me e sumergido mucho en tu relato,
tanto que me a creado una sensacion
super relejante.
Esta genial!!
Saludos!!
Maravilloso Ana, me ha encantado
Damanhur maine coon próximamente
Gracias Ana, me ha gustado muchísimo, creo que escribes muuuuy bien.
Ana!!! te doy ideas y me escribes un par de cosas??? madre mia cómo escribe la nena. Enhorabuena, un relato estupendo de los que maravillan al leer. Cosas de estas hacen falta por aquí, gracias por escribir algo taaan bonito. Bsos
Dew Blond y sus coonies
Las palabras mal empleadas o con mala fe solo pueden causar contratiempos, golpes en la vida y dar mala imagen de nosotros mismos que evitaríamos metiendo la lengua en paladar.
Ainssssssssssss... Otra vez emocionada... Ainsssssssssssssss ;(
Mira que soy llorona, jejejejejeje.
Muchísisisisímas gracias por vuestras palabras. Me encanta escribir y, bueno, esto es algo cortito para vosotros.
Muchas gracias, Damián, Rocío90, Isis, Vane, Rocío... 😉
Rocío, me parece genial que me des ideas. Será un placer y espero que el resultado te guste... A ver qué sale 🙂 😉
Los Dioses quisieron dar cuerpo a la elasticidad silenciosa de la brisa nocturna, y unos ojos escrutadores que oteasen toda su magnificencia; quisieron crear un único sonido místico y de ese modo nació su enigmá¡tico ronrroneo. Una criatura mágica hecha forma. (Aruseko)
Se van descubriendo talentos! ;);) Sigue Ana, sigue asi ! Muy bonito! ;);)
Jolin Ana!!! No sabia que escribias tan bien, precioso relato!!
Si hubiera que elegir un sonido universal para la paz, votaría por el ronroneo
joo , que chulo Aruseko, me ha sabido a poco. Tu cuando estés inspirada no te prives y ve colgándonos alguno más vale?