Castrar o no a nuestro gato

Esta suele ser una de las dudas que surge a los dueños de los gatos en alguna etapa de vida de nuestro Maine Coon. Si nuestro gato va a ser de compañía la castración es la opción más acertada.

Comportamiento de los gatos en épocas de celo

Los gatos macho, en épocas de celo (primavera y otoño), suelen estar más alterados y es probable que quieran escapar de casa en busca una hembra. Además de maullar de forma constante, también pueden levantar la cola y hacer pequeños marcajes de orina por la casa, para demostrar cual es su territorio.

Las hembras, responden de forma similar, están muy activas, no paran de maullar e intentan salir de casa de todas las maneras posibles si no hay ningún macho en casa. Es menos frecuente pero también pueden marcar con orina. Es posible que en hembras que viven en casa, con o sin otros machos cerca, se den casos de celos continuados (cada 2 o 3 meses o más), en vez de los 2 o 3 celos al año correspondientes. Eso supone un gran desgaste para la gata.

Es difícil controlarlos, ya que responden a un instinto muy fuerte y durante esas semanas hay que vigilar bien las puertas y ventanas para evitar que salten o se escapen. Si hay machos y hembras, también habría que separarlos en diferentes habitaciones para que no se produzca una monta inesperada.

¿Por qué castrar a nuestro gato?

La respuesta es muy sencilla por su salud. Con la castración no solo impedimos la monta y la preñez de la gata, también estamos evitando enfermedades y comportamientos molestos que pueden llegar a provocar inestabilidad tanto en el gato como en la familia que los acoge.

En machos la castración supone la prevención de tumores testiculares, el marcaje con orina, las peleas, comportamientos agresivos y que pueda escapar de casa, con las consecuentes enfermedades que pueda contraer o incluso que no sepa volver a casa y un posible atropello.

En las hembras la castración es más importante incluso, ya que le ahorramos pasar por los celos evitando así el posible preñamiento. Además con la castración temprana se previenen los tumores de útero y ovarios, las piometras y se reduce considerablemente el riesgo de padecer tumores mamarios.

Existe el mito ya no solo en gatos, si no también en perros, en el que dicen que para favorecer su salud las hembras deben pasar por al menos un parto, pero esto no es así. No es necesario hacerles parir, ni siquiera que pasen por un primer celo. A no ser que vaya a ser una gata destinada a la cría, para lo cual es necesario llevar un control estricto de montas y revisiones veterinarias para corroborar que la gata está en buenas condiciones de salud.

¿En qué consiste la castración?

Para los dueños de los gatitos este proceso causa mucha preocupación, ya que es una intervención quirúrgica y como todas entraña riesgo. Si el gatito está sano, se le han realizado las correspondientes pruebas preanestésicas y contamos con un equipo veterinario experto, no debería suponer mayor problema.

La castración es una operación sencilla en machos, que consiste en extraer los testículos del animal y dejar sólo la piel que los protege (escroto). El momento ideal para ello, es cuando el gato tiene aproximadamente unos cinco o seis meses, siempre es recomendado antes de que tengan el primer celo.

En hembras la intervención es algo más delicada que en machos, consiste en extirpar los ovarios y parte del útero. La recuperación total de la gata tras la castración es algo más tardía.

En los dos casos es necesario cuidar y desinfectar los puntos tras la intervención. Actualmente los puntos suelen ser reabsorbibles y caen solos.

Tras la castración

Es necesario que pasen unas cuantas semanas hasta que el nivel hormonal baja considerablemente y a partir de ahí, el gato dejaría de interesarse por el sexo, y no deberían notar el estrés que les provocaba esas semanas al tener bajo el nivel de hormonas sexuales.

Los gatos castrados por regla general son gatos mucho más tranquilos y cariñosos. El único problema que pueden tener es que con el paso de los años es que tengan tendencia a engordar, ya que al no producir esta sustancia, los estrógenos circulantes quedan sin control y el gato empieza a acumular grasa. Para corregir esto, siempre hay que controlar el ejercicio y tipo de alimento que damos a nuestros gatos en los diferentes etapas de su vida. Hay piensos especializados para gatos castrados, que reducen las calorías y grasas, pero aportan todos los nutrientes necesarios.