El baño

No es obligatorio bañarlo, pero sí recomendable. Con el baño eliminamos el polvo, suciedad, el pelo muerto y los posibles parásitos que se alojen en el pelaje del gato.

Lo ideal es bañarlo por primera vez, cuando el gato aún es joven, sobre los 4 meses, después de tener puestas todas las vacunas pertinentes. Así se irá acostumbrando al agua y a la rutina del baño. Se puede bañar cada 2 o 3 meses para ir habituándolo o antes si se ensucia.

Para el baño se necesitará, un champú especial para gatos, ya que el Ph de su piel es diferente al de los humanos. Además sería interesante adquirir un champú con propiedades acondicionadoras para lograr brillo y suavidad en el pelaje.

Se necesitará también una toalla y secador, aunque la mayoría de los gatos no lo soporta y unas dosis de paciencia.

Antes de bañarlo es recomendable recortar la punta de las uñas con unas tijeras especiales para gatos, por si el minino se pone algo nervioso, no nos arañe. Los gatos son muy sensibles a los ruidos, así que es mejor dejar abierto el grifo del baño un poquito antes de meter al gato en la ducha, para que se vaya acostumbrando al sonido. Cuando estemos bañando al gato, no hay que mojar nunca la cabeza y es mejor mojarle desde abajo. Hay que enjuagar bien y retirar todos los restos de champú y a la hora de secar es mejor con una toalla a no ser que el gato soporte el secador, algo que no es muy habitual.

Lo dicho, con un poco de paciencia y buen hacer, tendremos un gatito reluciente, seguramente no podremos decir lo mismo del cuarto de baño.

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